El reto de equipar con carácter integral las 10 viviendas de las que se compone el edificio, para su explotación en alquiler, con desconocimiento sobre el usuario final y con un presupuesto contenido.
Tras un análisis profundo de la demografía, se establecen las distintas células domésticas que existen en la sociedad actual, de forma que el promotor sea capaz de ofrecer el hogar idóneo a quienes serán sus inquilinos. Surgen 4 tipologías diferentes, que se resuelven a su vez mediante espacios adaptables, apoyados en mobiliario convertible y tabiques móviles que permiten cierto grado de personalización de los mismos en base a las necesidades de quienes lo habiten.
El interiorismo y equipamiento que le acompaña es capaz de mimetizarse con el usuario final, siendo accesible, atemporal, funcional y plano. Sin renunciar a la nobleza y confort que son capaces de ofrecer los distintos materiales de construcción se plantean pavimentos en nogal, revestimientos en mármol, iluminación indirecta, y mobiliario a medida. Los textiles son similares a los de un hotel, y los elementos decorativos se reinventan, tales como papeles pintados fabricados a medida para la estancia, porcelánicos que se convierten en cuadros, etc. Una obra original seriada diseñada en exclusiva para el edificio completa y humaniza la estancia.